Emprender nunca es fácil, pero hacerlo con TDHA y dislexia presenta un desafío adicional.

– Fuente: Freepik
Carolina, creadora de Calu’s Cakes, logró construir un negocio exitoso, y demostró que la perseverancia y la pasión pueden superar cualquier obstáculo. En esta entrevista, nos cuenta cómo encontró su vocación en la pastelería, los retos que enfrentó y sus sueños para el futuro.
Un amor por la pastelería que nació en casa
Desde pequeña, Carolina sintió una atracción especial por la cocina dulce. “Siempre me gustó cocinar postres, pero no comida salada”, confiesa. Su mamá, con sus espectaculares tortas llenas de creatividad, fue su primera inspiración. Sin embargo, el camino hacia su emprendimiento no fue tan directo.
“Intenté estudiar siete carreras distintas, pero no pude con ninguna. Ni siquiera pensé en dedicarme a esto, simplemente sucedió. Empecé Calu’s Cakes para sostener otro proyecto de ropa que tenía con mis amigas. Jamás imaginé que la pastelería se convertiría en mi vida”, nos cuenta.
Su pasión creció con el tiempo y también con el apoyo de su familia. “Mi papá me regaló mi primer KITCHENAID. Fue un regalo de sorpresa por mi cumpleaños. Hace años la quería, pero era carísima. No sé cuánto se habrá endeudado para comprarla”, recuerda con emoción. Ese gesto marcó un antes y un después en su camino, brindándole la herramienta que le facilitaría dar sus primeros pasos en la pastelería.
Los desafíos de emprender con TDHA y dislexia
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDHA) y la dislexia son condiciones que afectan la concentración, la organización y la forma en que una persona procesa la información. Para muchos emprendedores, pueden representar un reto significativo, pero también pueden ofrecer perspectivas únicas.
El camino de Carolina no estuvo libre de dificultades. Uno de los mayores desafíos que enfrentó fue la organización. “Nunca sé por dónde empezar y, a la vez, quiero hacerlo todo al mismo tiempo”, explica. Para lidiar con esto, encontró apoyo en su marido, Iván, el amor de su vida, quien se encarga de la administración y la organización.
Además, trabaja en equipo con Clau, su pastelera de confianza, para gestionar la producción de tortas en el local.
A pesar de sus dudas, Carolina ha aprendido a confiar en su instinto y en su fe. “Todos los días es una lucha, sinceramente. Pero rezo y eso me ayuda a superarlo. Me apoyo mucho en mi mamá, mi papá e Iván, ellos son mis pilares”, comparte.

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El lado positivo: una mirada distinta al emprendimiento
Si bien el TDHA y la dislexia han sido desafíos, también le han brindado ciertas ventajas. “Soy muy observadora y muchas veces presiento las cosas antes de que pasen. Además, mi mente desarma los problemas y los reconfigura de una manera distinta, lo que me ayuda a encontrar soluciones rápidamente”, explica.
Su mamá ha sido su mayor apoyo desde la infancia. “Ella hizo la primaria y secundaria conmigo. No sé qué sería de mí sin ella”, confiesa con gratitud.
Si pudiera darle un consejo a su yo del pasado, Carolina lo tiene claro: “Para Dios, nada es imposible”.
Inspirando a otros emprendedores
Carolina sabe que empezar un negocio puede dar miedo, especialmente cuando se tienen dificultades de aprendizaje o concentración.
Su mensaje para quienes están en esa situación es claro: “Todo comienzo es difícil, siempre. Pero la perseverancia todo lo logra. Y nunca te olvides de mirar atrás y sentirte orgulloso/a de lo que has logrado”.
En cuanto al futuro, sueña con expandir su negocio. “Me gustaría abrir más locales y poder dejarle algo a mi hijo. Quiero que él se sienta orgulloso de sus papás”, concluye.
La historia de Carolina es un recordatorio que, con pasión y determinación, cualquier sueño es posible.
Gracias, Carolina, por tu sinceridad y por compartir con tanta apertura tu historia. Tu pasión y forma de comunicar son una inspiración para muchos. Si quieren conocer más sobre su trabajo, síganla en sus redes y descubran los secretos de la pastelería de la mano de una verdadera apasionada.