
En un mundo donde el trabajo híbrido y remoto ganaron terreno, el concepto de la oficina física mutó, pero no desapareció. Y con ella, la importancia de los comedores corporativos lejos de disminuir, se reconfiguró. Hoy, más que nunca, ofrecer una buena opción de comida a los empleados no es un gasto, es una inversión estratégica. ¿Por qué? Porque un comedor eficiente es sinónimo de bienestar, productividad y un sentido de pertenencia que ninguna videollamada puede reemplazar.