La cocina mexicana no deja de reinventarse. Y mientras el mundo la mira con hambre, la Guía Michelin 2025 acaba de reafirmar lo que ya sabíamos: México no es solo tradición, es también vanguardia, diversidad y riesgo creativo.

– Fuente: Freepik
Este año, el país suma cinco nuevas Estrellas Michelin y dos Estrellas Verdes, que premian la sostenibilidad. Pero más allá de los reconocimientos formales, lo que realmente está ocurriendo en México es un fenómeno: la alta cocina se vuelve cada vez más cercana, más callejera y más híbrida, rompiendo estructuras sin perder profundidad técnica ni sentido del sabor.
¿Qué hay de nuevo bajo el sol (y los comales)?
Los nuevos ingresos a la guía confirman una tendencia que ya es evidente en muchas ciudades del mundo: la experiencia gastronómica se redefine. Ya no se trata de manteles largos, vajilla fina o menús con palabras en francés. Hoy, una taquería, un huerto urbano o un comedor sin carta pueden ser escenario de excelencia.
Es el caso de Expendio de Maíz, en Ciudad de México, donde el menú no existe y los platos fluyen según el día. O de Lunario, escondido en una bodega de Baja California, donde la chef Sheyla Alvarado plantea menús de estación que cruzan lo vegetal con lo emocional. También está el caso magnético de Masala y Maíz, que enciende los sentidos fusionando sabores de México, India y África como si ese trío hubiera cocinado siempre junto.

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Para quienes todavía cuestionan el poder creativo de la cocina contemporánea mexicana, una cena en Máximo basta para disolver cualquier duda. Desde su local en Roma Norte, el chef Eduardo García propone una cocina que rompe moldes sin perder raíces, todo en un ambiente luminoso y elegante que invita a quedarse.
Otro galardonado brillante es Olivea Farm to Table, recién ingresado a la guía Michelin. Fiel al espíritu del “del huerto al plato”, este restaurante combina producto local, estética cuidada y una cocina sincera que respira temporada en cada plato.
Lo local, lo orgánico y lo sustentable: no es moda, es futuro
Dos nuevas Estrellas Verdes también fueron otorgadas, entre ellas a Olivea Farm to Table y Baldio.
Esta apuesta por la sustentabilidad no es solo un guiño a la ecología: es una estrategia inteligente para construir cocina con propósito y coherencia, en un mundo cada vez más consciente.
¿Qué podemos aprender de estas estrellas?
Para nosotros, que acompañamos a cientos de negocios gastronómicos desde adentro, cada una de estas estrellas deja una enseñanza clave:
- No hace falta un gran local, sino una gran idea.
- La identidad es más poderosa que el lujo.
- La experiencia del cliente empieza mucho antes del primer bocado.
- La tecnología no reemplaza la pasión, pero sí ordena el caos diario.
Desde Bistrosoft, lo vemos claro: los proyectos gastronómicos que miran el entorno, valoran al productor local y eligen un software para restaurante que les permita ordenar sus procesos y crecer con eficiencia, son los que logran escalar sin perder su alma.